QUEENSRYCHE: Entrevista a un dia de su Recital

Una de las entidades que ha hecho camino en el estilo, siendo influencia e inspiración para agrupaciones de todo el mundo, toca por primera vez en el país este domingo 18. Su vocalista Geoff Tate aprontó un espectáculo muy esperado por los seguidores locales. (TERRA.cl)
Por Jorge Lagás

SANTIAGO, mayo 16.- Hablar de Queensrÿche es citar un nombre de marca mayor en la primera línea del heavy rock mundial. Ejecutores de un estilo que combina la originalidad, destreza, elegancia y la capacidad de llegar al gran público, estos oriundos de Seattle (mucho antes que el grunge hiciera creer al mercado que ése era supuestamente el estilo de la ciudad) fundaron a mediados de los 80 lo que hoy se conoce como metal progresivo, con discos tan fundamentales como “Rage for order” y “Operation: Mindcrime”. Y cuya producción no se quedó ahí, sino que sigue hasta nuestros días de manera regular.

Una corriente que hoy suma toneladas de seguidores y replicantes alrededor del globo. Tras una larga espera, Queensrÿche se presentará por primera vez en Chile, en el Teatro Teletón de Santiago, este domingo 18. Su vocalista Geoff Tate conversó con Terra.cl de su venida y de su historia bien nutrida.

“No sé mucho de Chile, sólo que es un área excelente para el cultivo de vinos. Y que tienen algunos de los mejores vinos del mundo. Estamos muy entusiasmados de ir por primera vez por allá, lo estábamos buscando hace tiempo”, parte aseverando la voz que inmortalizó clásicos como “Silent lucidity”, “Eyes of a stranger” y “Queen of the reich”.

- Ya habrá tiempo para conocer, Geoff, hablemos de la banda. Que es una de las pocas nacidas en los 80 con elementos comunes a las de los 90 y 2000. ¿Cómo ves esa suerte de anacronismo que caracteriza al grupo?
- Bueno, una de las características de Queensrÿche es la experimentación. Tratamos de hacer cada álbum diferente y cada vez seguir experimentando y probando cosas. Para eso mantenemos siempre la oreja atenta a lo que esté pasando alrededor de nosotros. Quizás es por eso que hacemos lo que hacemos. Muchas bandas quedan en el camino y nosotros hemos seguido, así que creo que nos resulta bien (risas).

- En ese sentido, haber hecho un “Mindcrime 2” (2006) parece una vuelta al pasado, ¿no va contra ese espíritu de ir siempre a la vanguardia?
- En realidad fue una movida distinta. Desde el punto de vista de la banda, teníamos en mente trabajar en una secuela de “Mindcrime” desde 1989. Y siempre dio vueltas la idea de concluir la historia. Era un trabajo no terminado, para nosotros. Así que teníamos que ponerle el punto final. En ese sentido, no fue tanto volver al pasado, sino que sólo terminar el trabajo.

- ¿Y quedó totalmente terminado? O tendremos un “Mindcrime 3” en el futuro.
- No lo creo. Lo que pensamos ahora es que puede enfocarse a un trabajo fílmico. Hay actores y productores interesados en llevarlo a cabo y unas muy buenas bases de guión que algunos agentes han puesto a dar vueltas en Hollywood. Creo que eso sería más útil, ver una película de “Mindcrime”.

- Seguro. Volviendo a la historia de la banda, ¿crees que “Rage for order” (1986) fue el punto de partida del metal progresivo (junto con el “Energetic disassembly” de Watchtower)? ¿Te hubiera gustado que tuviera tanta exposición como “Operation: Mindcrime”?
- Sí, creo que “Rage for Order” fue un álbum único. Y como todos los discos únicos, comenzó a partir de una idea en que tratamos de hacer algo no hecho hasta entonces. Queríamos hacer un disco representativo de los tiempos modernos en que vivíamos, muy tecnológicos. Tomando eso, quisimos meter sonidos industriales, que no fueran “musicales”, sino de máquinas. Con eso en mente, le metimos diferentes sonidos y texturas: disparos, gritos, cosas que oirías si vas caminando por la calle. Las integramos a las melodías y a las estructuras rítmicas del álbum y fue un proyecto realmente maravilloso. También es muy interesante oír, años después, a mucha gente respetando lo que fue ese disco.Y músicos que dicen que los inspiró en lo que hicieron, es un muy buen sentimiento.

- Ya entrando en esta década, en “Q2K” (1999) probaron cosas distintas como el blues, y unas cosas medias Depeche Mode. ¿Te habría gustado seguir esa línea?
- Creo que sí lo hicimos, de alguna manera. Era un área de la música que realmente no habíamos explorado y si miras a los discos anteriores a ése, no nos habíamos metido mucho en el blues, por ejemplo. Así que “Q2K” se trataba de eso. Trabajamos con un distinto guitarrista y distinto compositor, fue una etapa muy interesante para nuestra carrera. Marcó una transición y algo diferente, más experimental. Fue un proyecto en el que nos metimos bastante y estamos muy orgullosos de él.

- Recién te hablé de “metal progresivo”, ¿te gusta ser llamado así? Como en los inicios no eras esencialmente un fan del heavy metal, además el grupo creo que escapa a esa mera clasificación…
- Bien, nosotros crecimos en una época donde era muy difícil para la gente y las compañías poder definir nuestra música, creo que lo más natural era que se nos llamara así. Hasta el día de hoy es difícil, así que sólo preferimos que nos categoricen como “Queensrÿche” (risas). Siempre creímos eso, porque tomamos muchas inspiraciones e influencias. Te digo, escuchamos de todo, desde Rush, Yes o Genesis, pasando por música clásica, jazz, r&b, funk, rap… si miras la música de Queensrÿche, podrás encontrar cada uno de esos elementos.

- Tomando en cuenta lo buenos instrumentistas que son, ¿cómo lo hacen para mantener el equilibrio entre lo bien que se puede tocar y lo que realmente necesita la canción? Mucha gente reclama contra bandas como Dream Theater porque dicen que les falta eso mismo.
- Es una muy buena pregunta. Y algo muy importante. Siempre lo hablamos con los otros integrantes de la banda, cómo mantener el espíritu de las canciones, el sentimiento con que fueron concebidas, sin diluirse ni destruir el mensaje. Es la cosa más difícil de lograr, creo. A veces lo hacemos con éxito y otras fallamos (risas). Pero siempre tratamos. No sé cómo lo hacemos, creo que siendo muy críticos uno del otro al hacer las canciones. Gastamos horas y días discutiendo cada segundo de los temas. Los probamos de cinco o seis maneras distintas, hasta llegar a una que nos gusta a todos y que mantiene, dentro de lo posible, la integridad de la canción.

- Dirías entonces que es el resultado de un trabajo metódico, más que de la espontaneidad.
- Sí, es un asunto de perseverancia. No nos dejamos, entre nosotros mismos, tocar algo durante dos minutos y no decir nada. De verdad lo tomamos como algo importante. Creo que muchos músicos olvidan eso, como que tienen en mente ‘quiero mostrar a la gente cuán bueno soy, cuántas notas puedo tocar, cuán rápido puedo tocar’, algo así. Y yo pienso que hay que tocar todo en el contexto en que la canción fue hecha. No es que una cosa sea buena y la otra mala de manera absoluta, es sólo mi parecer.

- A propósito de Dream Theater, ¿qué te parecen? ¿Concuerdas con las críticas?
- Creo que tocan muy bien. Hicimos un tour y fue muy interesante y entretenido. Probablemente el high light del tour, para mí, fue cuando las dos bandas tocamos juntas en el escenario, unas seis canciones juntos. Sonó fantástico, imagínate, dos bateristas, dos bajistas, tres guitarristas, dos cantantes… una verdadera orquesta. Lo pasamos muy bien.

Fuente: terra.cl

A un dia de su espereado recital en CHILE salio este entrevista publicada en terra.cl contentos que se les de espacio al rock pero esperamos que el espacio siga creciendo, mañana nos vemos en queensryche, y hoy en whitesnake( box saca fotos) saludos a toda la familia rockera!!